"Esas y otras son las herramientas que usa la Alicia de Lewis Carroll convertida de pronto en Angélica para retransformarse en el “despiadado país de las maravillas” de Murakami, allí donde Angélica mezcla a la Alejandra Pizarnik de la novela La condesa sangrienta con la Danza de la muerte de Holbein porque la Pizarnik menciona la danza de la muerte para que Cortázar le escriba desde París una carta después de uno de sus intentos de suicidio, diciéndole más o menos con estas palabras: ven con nosotros, aquí siempre habrá una silla para vos". LELIA DRIBEN
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